La historia del clítoris

Marzo 2021

Pequeña revisión sobre el pasado, presente e historia del clítoris.

Por Juliana Reves Szemere

Empujada por las cosas que aprendí en el seminario “Todo sobre tu Vulva”, de Tati Español, que recomiendo fuertemente (a mí me cambió la manera de pensar la sexualidad), decidí guglear la palabra clítoris. Al buscarla me encontré con todo tipo de cosas. En pleno siglo XXI por suerte ya hablamos del clítoris, y por suerte también, muchas de las personas que lo tenemos pudimos sentir orgasmos gracias al clítoris. Pero hoy decidí meterme en la página de wikipedia ¿qué tiene para decir de este órgano tan particular (el único órgano humano cuya única función es la de sentir placer) la súper enciclopedia comunitaria de nuestra época?

En efecto, es posible aprender algunas cosas sobre el clítoris leyendo wikipedia. A mi en particular me llamó la atención un apartado de “historia del estudio científico clítoris”. Me puse a leer el apartado. Wikipedia nos relata cómo fue el descubrimiento del clítoris, nos cuenta cómo distintos médicos varones a lo largo de la historia lo estudiaron, lo nombraron, lo analizaron y se pelearon por ser los primeros en haberlo descubierto. Entre los notables candidatos a descubridores del clítoris se encuentra Gabriel Falopio, que le puso su nombre a nuestras trompas uterinas. La enciclopedia nos cuenta que luego, influenciados por el psicoanálisis, los médicos del siglo XIX se dedicaban a curar la histeria femenina haciendo “masajes de vulva”, hasta que las mujeres cis tratadas alcanzaban el orgasmo y así aplacaban los síntomas de su mal. De ahí viene el término “consolador” para lo que hoy llamamos vibrador. ¿Cómo fue la relación de esas mujeres con su placer, si quien tenía “permiso” para masturbarlas solamente era un médico que lo hacía para curar la histeria?¿Cómo era su sexualidad en la intimidad de los hogares?

A continuación, wikipedia nos cuenta que dos investigadorxs, Masters y Johnson, que se interesaron por la respuesta sexual humana, efectuaron estudios sobre el clítoris en los años ‘60. Finalmente, en 1998 Hellen O’Conell, una mujer, hizo una descripción anatómica bastante completa del clítoris, describiendo las partes que no se ven.

Si bien sabemos que la ciencia tiene un sesgo androcéntrico, al estar construida históricamente por varones blancos-cis-heterosexuales-clase media/alta, tiene un sesgo hacia esa forma de ver el mundo, creo que vale la pena revisar y reflexionar alrededor de la “historia del clítoris”, porque me parece que ilustra a la perfección el por qué es necesaria la diversidad en los espacios de construcción del conocimiento.

¿Cómo puede ser que la ciencia moderna haya entendido cómo son los átomos en 1926, haya logrado desentrañar la mecánica de la Relatividad General en 1915, pero haya esperado hasta 1998 para mirar de cerca un clítoris? ¿Será que el clítoris estaba muy escondido? ¿Por qué fue necesario que el clítoris sea descubierto, acaso no lo llevamos en nuestras vulvas desde que existimos como especie? ¿Les que tenemos vulva no supimos siempre que tuvimos un clítoris y para qué “sirve”? ¿Nadie nos preguntó?

La “historia del clítoris” nos muestra qué pasa si solamente un sector de la población es el que genera conocimiento e impone sus preguntas, haciendo que las consecuencias puedan ser bastante negativas para les demás. Es un claro ejemplo de que la ciencia no es neutral ni universal ¿Cuántas personas con vulva tuvieron negado el placer sexual debido a este sesgo? Creo que además de generar enojo, estas historias pueden ser un buen puntapié para que nos animemos a preguntar, proponer y opinar. Porque después, lo vamos a disfrutar. También es importante que siempre tengamos en mente el hecho de poder incluir en nuestros espacios, a través de la diversidad de género, pero también social, ya que el sesgo androcéntrico no es el único que existe, para que la construcción de conocimiento le sirva a todes, y no sea necesario esperar tanto para que las personas con pene descubran que podemos sentir placer (por supuesto, hablando desde el lado de nuestra cultura occidental). Solamente incluyendo a personas diversas, disidentes y de todas las clases sociales, con sus preguntas e inquietudes vamos a poder democratizar el conocimiento.