Ilustración: Rachel Ignotofsky (@rachelignotofsky)
“El sexismo, el racismo y la pobreza relativa fueron los obstáculos que enfrenté cuando era una niña que crecía en Harlem. No conocía mujeres médicas y la cirugía era una profesión dominada por hombres; no existían escuelas secundarias en Harlem, una comunidad predominantemente negra; además, los negros fueron excluidos de numerosas escuelas de medicina y sociedades médicas; y mi familia no poseía los fondos para enviarme a la escuela de medicina” Patricia Bath (1942-2019)
Fue una oftalmóloga e inventora estadounidense. Nació en Harlem, Nueva York. Su padre fue el primer hombre negro en trabajar para el metro de la ciudad. Su madre descendía de personas esclavizadas de África y se dedicó al servicio doméstico para ayudar a financiar la educación de sus hijos. Luego de graduarse de la secundaria en tan sólo 2 años y medio, asistió al Hunter College de Nueva York donde estudió química y física. Patricia se trasladó a Washington D. C. para asistir la Universidad de Medicina Howard College para recibir su doctorado en 1968. En sus estudios, observó una mayor incidencia de ceguera entre sus pacientes negrxs y en situación de pobreza. Entonces, decidió que abordaría este asunto, y persuadió a sus profesores de Columbia para operar a pacientes ciegxs, sin cargo, en el Hospital Central de Harlem, el cual no había ofrecido hasta entonces cirugía ocular. Fue pionera en todo el mundo en la disciplina de "oftalmología comunitaria", desarrollada por voluntarixs, que facilita los cuidados oculares necesarios a las poblaciones desfavorecidas.
Fue la primera mujer afroamericana en convertirse en residente de oftalmología en 1973 y en 1975 se convirtió en la primera oftalmóloga en el Instituto del Ojo Jules Stein. En 1976, cofundó el Instituto para la Prevención de la Ceguera que estableció que la vista es un derecho humano básico.
Patricia es una de las pioneras de la tecnología láser en cirugía de cataratas, inventando la sonda Laserphaco en 1986. La catarata es la opacidad parcial o total del cristalino del ojo. Esto produce que la luz se disperse dentro del ojo y no se pueda enfocar en la retina, creando imágenes difusas. Las cataratas ocurren naturalmente con la edad y si no se tratan a tiempo pueden llevar a la ceguera. Tradicionalmente, las cataratas se trataban con un dispositivo tipo taladro que aplastaba la lente del ojo, que era un método muy inexacto y podía dañar el ojo. A Patricia se le ocurrió que podría utilizar lásers para realizar esta operación de una manera más segura y rápida. En 5 años el dispositivo estuvo listo: disuelve la catarata con un láser rápidamente y casi sin dolor, y además irriga y limpia el ojo lo que permite la fácil inserción de una nueva lente. Hoy en día se utiliza internacionalmente para tratar esta dolencia.