Ilustración: Rachel Ignotofsky (@rachelignotofsky)
“Creo poseer la más singular combinación de cualidades que me hacen una preeminente descubridora de las realidades ocultas de la naturaleza”.
Augusta Ada Byron, la condesa de Lovelace (1815-1852)
“Debido a alguna peculiaridad de mi sistema nervioso, tengo una percepción de algunas cosas que ningún otro posee; o al menos muy pocos, si es que algún otro la tiene”
Fue la primera programadora de la historia sus anotaciones avanzaban ideas modernas sobre programación diferenciando datos y procesamiento e incluían el sistema de tarjetas perforadasinspirado en el telar de Jacquard, que sería el utilizado para programar los primeros ordenadores a mediados del siglo XX.
Augusta Ada Byron nació en la alta sociedad londinense de 1815 y obtuvo desde pequeña una estricta y amplia educación, con una fuerte influencia científica dictada por su madre, que era matemática y activista política y social. Aunque no pudo ingresar a la universidad por ser mujer al casarse con el Conde de Lovelace, tuvo acceso a fondos bibliográficos de la Royal Society de Londres. Conoció y trabajó con Charles Babbage, quien diseñó la máquina analítica, una calculadora mecánica que funcionaba sin la ayuda de un humano. Ada entendió que la tecnología utilizada en esta máquina y la utilizada en el telar de Jacquard podía aplicarse a todo proceso que implicara tratar datos: de este modo abría camino a una nueva ciencia, la de la computación. Con el objetivo de dar a conocerla y alcanzar una vida intelectual que la elevase por encima de las exigencias de la maternidad y el matrimonio, tradujo al inglés un documento publicado en una revista francesa sobre el invento y le dio un aporte teórico que acabó por duplicar el texto original. Actualmente, en la era de la informática, se ha inspirado y concedido su nombre a un lenguaje de programación, el lenguaje ADA. Está presente en el ámbito industrial y organizaciones europeas y americanas; se usa este lenguaje en los sistemas de control, fabricación, diseño de circuitos integrados, actividades bancarias, de información, aviación, comunicación por satélite, telefonía móvil, sistemas de motores de vehículos, entre otros.