¿Qué onda con las hormonas?


Octubre 2020

Entrevistamos a Natalia Meo Guzmán

Natalia Meo Guzmán es médica endocrinóloga egresada de la Universidad de Buenos Aires. Trabaja en el Hospital Español, lleva a cabo un proyecto de investigación en el Hospital Ramos Mejía y atiende pacientes en su consultorio particular. Como si esto fuera poco, es integrante del recientemente fundado Departamento de Salud Transgénero de la Sociedad Argentina de Endocrinología.

CF: ¿Qué es el sistema endócrino y por qué es importante? ¿Qué te motivó para dedicarte a su estudio y tratamiento?

Nati: El sistema endocrino se define como un conjunto de órganos o tejidos que producen básicamente hormonas. Una hormona es una sustancia química que puede actuar en el mismo tejido, en la misma célula, o bien a distancia y va a desencadenar una respuesta. Esta respuesta generalmente se da a nivel celular y va a interferir en un montón de cosas, incluso en el metabolismo de la propia célula, y se va a expresar de diferentes formas. Ya con sólo ver la definición a mí me pareció súper interesante y, de hecho, en segundo año de la carrera empezó a llamar mi atención. Me parecía muy abstracto al principio y a la vez reconocía que ahí había algo que se relacionaba con lo externo y cómo eso mismo repercutió también en todo lo que es nuestra producción hormonal. Y ahí me di cuenta de la importancia que tenía para mí esta especialidad, porque es una especialidad donde yo puedo actuar para prevenir, para mejorar la calidad de vida, tratar y en algunos casos acompañar al paciente durante una enfermedad crónica, pero siempre con el fin de mejorar la calidad de vida. Y eso es algo que muy pocas especialidades te dan. Hay otras especialidades que por ahí son más de resolver lo agudo pero esto para mí es apasionante, es lo que me atrae y lo que me tiene hoy acá. En el segundo año de la carrera ya me había gustado y en cuarto año, que era el ingreso a nivel hospitalario, me filtré en lo que era la atención a la consulta con pacientes en el Hospital de Clínicas y en el Hospital Lanari, con autorización obviamente de lxs profesionales y lxs pacientes para que yo esté ahí, para empezar a aprender en ese entonces. Yo no sé que entendía en ese momento, pero ya me gustaba.

CF: ¿Cuáles son las principales diferencias del sistema endócrino según el sexo biológico? ¿Cambia la prevalencia de enfermedades o alteraciones del sistema endócrino según el sexo biológico?

Nati: Es una pregunta super interesante porque hay diferencias con respecto al sexo biológico que incluyen al sistema endócrino. Esto tiene que ver primero con las hormonas esteroides(*), las más conocidas tal vez sean estrógenos(*) y testosterona(*), y son las principales que van a empezar a generar una diferencia, en los caracteres secundarios de esa persona y también en otras cosas como la densidad mineral ósea, es decir, la salud ósea, y también la salud cardiovascular. Las enfermedades endocrinas en general son más frecuentes en personas con ovarios. Con respecto a la concentración de esas hormonas esteroides está el hecho de que los hombres cis-género tienen inicialmente mayor riesgo de infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular, mientras que la mujer cis-género y las personas con útero, luego de la menopausia tiene mayor riesgo de osteoporosis.

Puedo actuar para prevenir, para mejorar la calidad de vida, tratar y en algunos casos acompañar al paciente durante una enfermedad crónica, pero siempre con el fin de mejorar la calidad de vida. Y eso es algo que muy pocas especialidades te dan. Hay otras especialidades que por ahí son más de resolver lo agudo pero esto para mí es apasionante, es lo que me atrae y lo que me tiene hoy acá. En el segundo año de la carrera ya me había gustado y en cuarto año, que era el ingreso a nivel hospitalario, me filtré en lo que era la atención a la consulta con pacientes en el Hospital de Clínicas y en el Hospital Lanari, con autorización obviamente de lxs profesionales y lxs pacientes para que yo esté ahí, para empezar a aprender en ese entonces. Yo no sé que entendía en ese momento, pero ya me gustaba.

CF: Y en caso de intersexualidad, ¿cómo cambia el escenario?

Nati: Hablar de intersexualidad incluye un espectro muy amplio. Están aquellas personas que tienen alguna alteración a nivel cromosómico solamente, y hay casos donde además hay un exceso de estas hormonas esteroides y en otros puede haber una insensibilidad a los esteroides. Entonces hablar de un único impacto es imposible. Es un largo camino por recorrer que nos queda, obviamente, pero cada caso es único. No lo podemos generalizar bajo ningún punto de vista.

CF: Eso lo debe volver muy complejo de tratar y analizar en el consultorio, ¿no?

Nati: Eso es sobre todo para lxs endocrinólogxs pediátricxs, que son lxs que primero tienen contacto con estas personas. Es muy difícil de tratar y lleva un diálogo con la familia sobre todo porque estamos hablando de seres que todavía no tienen una identidad de género, entonces tomar decisiones es muy complicado.

CF: Sabemos que en el desarrollo científico (históricamente) hay un fuerte sesgo androcéntrico. ¿Se percibe esto en la endocrinología?

Nati: Eso se nota, lamentablemente. Si bien la endocrinología es una especialidad donde hoy por hoy la eligen mayoritariamente mujeres cis-género (y esto es importante también recalcarlo: no conozco colegas con otra identidad de género que no sean cis-género), lo que puedo observar es que los lugares de referencia son ocupados mayoritariamente por hombres cis-género, por ejemplo cuando unx se somete a un comité donde las personas intervinientes elegimos quién va a ser la voz cantante, por así decirlo. Y esto no es un dato menor, porque estamos hablando de que mayoritariamente las endocrinólogas somos mujeres. Es llamativo y yo creo que esto tiene que ver un poco con cierta cultura que fuimos adquiriendo que nos hace elegir ciertas voces masculinas ante una voz femenina igualmente capacitada .

CF: Y en cuanto a les sujetes de estudio (les pacientes), ¿se aprecia que se estudian más los sistemas endocrinos de algún sexo biológico en particular?

Nati: No, últimamente para lo que es un estudio de una droga sí o sí tiene que haber igual población de hombres cis-género que mujeres cis-género y de similares características. Pero esto no fue siempre así, tuvieron que salir ciertas legislaciones que dispongan esto, así como el expreso consentimiento de lxs pacientes. La persona que va a intervenir en ese estudio, que se ofrece como voluntarie, tiene que saber a qué riesgos se expone. Lo que pasaba previamente es que muchas veces no se les informaba acerca de todos los efectos adversos. Esto generó muchísima polémica hasta que salió una legislación en la cual obviamente toda la información que se sepa y que pueda afectar a la persona se tiene que comentar. En una investigación de la penicilina, que inicialmente se utilizó sobre todo para sífilis, para evaluar y describir el curso de la enfermedad en África dejaron a lxs pacientes sin acceso a la droga, que podría haberles brindado el beneficio de la cura. Hoy por hoy si esto sucede en cualquier parte del mundo obviamente es condenado.

CF: ¿Cómo es la historia de la píldora anticonceptiva? ¿Qué impacto histórico tuvo su desarrollo en la sexualidad de las personas con capacidad de gestar? ¿Quién promovió su desarrollo?

Nati: La historia es muy interesante. Inicialmente se había descrito cuáles eran los esteroides y, aunque mucho no se hablaba, había ya mujeres en ese entonces que querían tener la posibilidad de controlar la natalidad. Todavía ni se hablaba de la posibilidad de una píldora anticonceptiva. En 1936 o 1938 se descubrieron los esteroides y ya a partir de 1950 empezaron las investigaciones fuertes en la búsqueda de la píldora anticonceptiva, previo a lo que se denominó la revolución sexual. En el año 1950 Pincus y Rock, dos investigadores estadounidenses relacionados con la Universidad de Harvard, empiezan las primeras investigaciones y necesitaban financiamiento. Lo lograron justamente por el movimiento de mujeres liderado por Margaret Sanger. Ella se encargó de reunir los fondos para que esta investigación empiece su curso. Empieza su curso y la empiezan a ofrecer a mujeres cis, en ese entonces, con múltiples efectos adversos. En Estados Unidos dicen entonces que directamente en la población norteamericana no se puede realizar más este tipo de investigación. ¿Y entonces qué hacen? En vez de mejorar el producto se van a hacer las pruebas a Puerto Rico, donde necesitaban controlar la natalidad. En Puerto Rico las mujeres que simplemente tenían disfrute del placer con un encuentro sexual o eran víctimas de cualquier abuso sexual, no tenían otra alternativa que recurrir al aborto ante un embarazo no deseado. Entonces, cuando les hablan de esta píldora, obviamente, se enrolan en este estudio, pero nadie les informó en ese entonces acerca de los efectos adversos. Muchísimas mujeres abandonaron a causa de estos efectos. Ya cuando mejoraron ese tema vuelven a Estados Unidos, dejando a estas mujeres sin el acceso a la píldora. Recién en Abril de 1960 se empieza a comercializar en Estados Unidos esta droga y Puerto Rico en ese entonces no tenía acceso y había sido uno de los principales colaboradores en el desarrollo. Hay otro hombre que no mencioné y que me parece que también hizo una contribución importante, que fue el químico mexicano Luis Miramonte.

CF: ¿De qué manera las pastillas anticonceptivas regulan el sistema endócrino de quienes las toman? ¿Sigue habiendo efectos adversos? ¿Cuáles son? ¿Creés que en la consulta se informan claramente hoy en día?

Nati: Empecemos por lo primero que es la consulta ginecológica o endocrinóloga, clínica, cualquiera... porque lxs médicxs en realidad estamos formadxs para que si una persona con útero acude con el deseo de prevenir un embarazo (hay otros múltiples usos de una píldora anticonceptiva) no sólo deberíamos plantearle la píldora, sino todos los posibles métodos anticonceptivos. Yo creo que, en parte por la presión del propio médicx, obviamente, y otro poco por la presión de las obras sociales que dejan limitada la consulta a 15 minutos en Argentina por un valor muy, muy bajo por paciente, lamentablemente, hoy por hoy, algunxs profesionales no terminan informando como debieran o como lx paciente merece acerca de los efectos adversos. Y sí, hay efectos adversos y sobre todo hablando de los métodos anticonceptivos hormonales. Van a depender de la hormona utilizada y van desde incremento de peso por aumento de retención de líquido, disminución del deseo sexual, hipertensión arterial, tiene un leve efecto pro-coagulante... Sacamos el mito que existía antes sobre la trombosis venosa profunda; puede ocurrir, pero hoy la verdad que es mínimo el porcentaje de esta incidencia. Aumenta el riesgo, sobre todo con ciertos gestágenos(*). Y algo que me parece curioso mencionar, ya que venimos de aquella pregunta histórica de la píldora, es que inicialmente los efectos eran mucho más severos. Hoy por hoy hay formulaciones más nobles. Pero... ¿qué dijeron quienes formularon y mandaron al mercado esta píldora? Salieron en el New York Times diciendo que “los efectos adversos son pura y exclusivamente psicógenos”. Ya sabemos que no es así, claro está.

Yendo a cómo funciona una pastilla anticonceptiva... Las personas que menstruamos tenemos un montón de hormonas, pero para simplificar, hay tres estructuras: el hipotálamo, la hipófisis y el ovario y todas están comunicadas por señales endocrinas, o sea hormonas. Para que todo funcione como se espera, que tengas un ciclo menstrual por mes, todo tiene que estar en su justo nivel. Entonces lo que hacen fundamentalmente estos anticonceptivos combinados que son los más utilizados (con estrógenos o gestágenos, y digo gestágenos porque también están los implantes o el DIU que sólo tienen, por ejemplo, levonorgestrel(*)) es inhibir el pico de LH(*) y FSH(*), que son unas de las jefas que comandan todo el sistema gineco-endocrino y al inhibir este pico que muchas veces producen nuestras hormonas, se inhibe la ovulación. Obviamente en el caso de que sea vía oral, tiene que ser tomado correctamente para disminuir la posibilidad de un embarazo no deseado. Y otra cosa: es reversible el efecto del anticonceptivo hormonal. Eso es importante remarcarlo.

CF: ¿Por qué no hay o no son tan famosos los métodos anticonceptivos de regulación hormonal para el sistema reproductor de personas con pene?

Nati: Esta es mi opinión, no es una verdad revelada, pero para la sociedad, en su momento, las mujeres no teníamos deseo en el encuentro sexual, mientras que el hombre cis sí tenía deseo sexual y era su rol tener sexo y disfrutar de él. El rol que ocupaba en la sociedad la mujer cis era ser madre. Entonces lo primero que pensaron fue “bueno, si la mujer es la que gesta, vayamos con la mujer, total ella lo único que hace es gestar”. Yo creo que con el advenimiento de la píldora anticonceptiva las mujeres cis y personas con útero logramos un poco el control y tener un poco la decisión sobre nuestros cuerpos que nos había sido negada. Ahí empezamos a disfrutar libremente del encuentro sexual y a reconocer nuestros cuerpos como tales y hoy, ya con esta voz cantante, hicimos un descargo en la sociedad de ¿por qué nos tenemos que someter nosotras a estos efectos adversos? Y los hombres cis y personas con pene, también empezaron a plantearse el tema, porque recayeron sobre ellos los reclamos. Ahí empezó el desarrollo de un método anticonceptivo masculino, como se le llama. No ha salido al mercado todavía por varias razones. Fundamentalmente porque no son del todo reversibles los efectos. El objetivo es producir azoospermia, es decir que no haya espermatozoides en el líquido seminal. Y es importante que todo método anticonceptivo sea reversible y todavía no se logró al 100%. De hecho, los métodos más avanzados tienen un 20% de probabilidad de que no puedan volver a tener espermatozoides y eso es lo que los está frenando. No sé cómo habrá estado todo esto con el coronavirus, pero se pronosticaba que ya para este año iba a salir. Supongo que ha quedado postergado. No tiene que ser muy costoso y además tiene que tener buena adherencia a la población de hombres cis-género y lamentablemente hasta ahora no se muestran muy felices acerca de los efectos adversos. Los efectos adversos que se observan son fundamentalmente y curiosamente acné, aumento de la presión arterial, calvicie, exceso de libido. Esto es porque dan más andrógenos de lo que tienen y eso inhibe al pico de GnRH(*) que tiene que estar en una concentración adecuada para poder producir espermatozoides. Los que están en desarrollo son andrógenos(*) asociados a un gestágeno, aunque inicialmente habían empezado con solo andrógenos y ahora le agregaron el gestágeno para justamente lograr la azoospermia. Es interesante. Habrá que ver cómo sigue esta historia y cómo avanza.

Hay otro método para personas con pene, aunque irreversible, que es la vasectomía… nunca está demás aclararlo. Pero por ahí tal vez está el deseo de tener hijxs y, bueno, es interesante que tengan un método para poder tomar y no depender pura y exclusivamente de la otra persona.

CF: Bueno, siguiendo con la línea de reguladores hormonales, una cosa que nos genera inquietud es si la alimentación puede influir en nuestro sistema endocrino. Solemos escuchar, por ejemplo, los típicos comentarios acerca de los pollos que están llenos de hormonas o cosas de esas características. ¿Cuán cierto es eso y cuánto influye en nuestro sistema endocrino realmente?

Nati: Sí, es cierto. La alimentación influye en nuestro sistema endócrino. No tanto por el pollo con hormonas, sino más bien por lo que llamamos “disruptores endocrinos”, que son sustancias químicas similares en estructura a las hormonas endógenas que pueden exacerbar la función de esa hormona o directamente bloquear el sitio de acción de esa hormona y que entonces, la misma, no puede realizar su acción. Esto se ve y tiene implicancias en múltiples órganos. No sólo serían los alimentos, sino que estamos hablando también de algunas industrias, sobre todo la cosmética, que tanto hincapié nos hacen a las mujeres hoy con el tema de las cremas... muchas cremas que son menos costosas y por la actual economía argentina la mayoría de las mujeres acceden a éstas y no a otras formulaciones más caras. Fundamentalmente el disruptor endócrino más conocido que contienen es paraben o parabenos. Si mirás detrás del champú o de las cremas, vas a ver un nombre raro que termina en “-paraben”... eso es un disruptor endócrino. Asimismo, se pueden encontrar en pinturas, en agroquímicos y ahí es donde entran los alimentos. Nuestra tierra y nuestra agua están ya contaminadas y es muy difícil no tener en nuestro cuerpo disruptores endocrinos. Lamentablemente, ya estamos contaminados de esto y otras cosas. También el plástico tiene una sustancia que es disruptora endocrina y nos puede afectar en varias cosas, a nivel del eje reproductivo, por ejemplo. Todo esto está en vía de estudio, pero lo que se comprueba es que es así. Nos hace más propensos a ciertos tipos de cáncer. Hay mayor disposición a obesidad, diabetes mellitus tipo 2, a nivel del crecimiento del desarrollo sexual, del sistema inmunológico. Son varios los impactos que pueden tener estos disruptores endocrinos.

CF: ¿No hay ninguna regulación sobre la utilización de estas sustancias en los procesos industriales?

Nati: Lamentablemente no hay ninguna regulación, ni tampoco hay mucha presión con respecto a que esto sea regulado, porque hay un peso de la industria muy fuerte. Y también dar vuelta atrás todo esto sería muy difícil, porque existe mucha población, entonces, ¿cómo llegamos a abastecer a toda la sociedad? Buscando algo alternativo, lo ideal sería volver a lo orgánico y natural, que de a poco se está intentando. Tampoco es algo que transmitimos mucho lxs médicxs y eso creo que es una deuda que tenemos con lxs pacientes. Como decía recién, no se puede evitar estar en contacto con estos disruptores endocrinos, pero sí se pueden disminuir. Tal vez quien cuenta con las posibilidades económicas, porque sé que es caro, pueda comprar verduras orgánicas, cambiar algunos productos por otros que no tengan ninguno de estos disruptores... Y después tratar de disminuir el consumo del plástico, que es casi inevitable, pero sí se puede reducir el consumo de este material.

CF: Nos preguntamos si la gente que está en posiciones de poder, de toma de decisiones, sabe algo al respecto, si habla de estos temas que estamos tratando.

Nati: Me gustaría decir que no, pero lamentablemente, sí, se sabe. Pero hay mucha presión para que esto no cambie. Seguimos tomando en botellas de plástico cuando sabemos que el consumo que tenemos de este material es exorbitante…

CF: ¿Sabés si se hacen investigaciones al respecto y si esas investigaciones están, tal vez, sometidas a las presiones de la industria?

Nati: Sí, se hacen investigaciones y por eso tenemos acceso a la información. Ahora, quién financia esas investigaciones, yo no lo sé. Si estas investigaciones se hacen con fines de proteger a la población, tampoco lo sé. También son estudios que son muy difíciles de llevar a cabo porque hay muchos “confundidores”, digamos. Cuál es el disruptor que está produciendo esto o aquello… no es fácil separar la paja del trigo.

CF: Cambiando un poco de tema, queríamos meternos un poco con el tratamiento de hormonización cruzada en pacientes trans. ¿Te ha tocado acompañar pacientes transgénero en un tratamiento hormonal?

Nati: Sí, yo me dedico a lo que es salud en pacientes transgénero. Recientemente conformamos el primer Departamento de Salud Transgénero en la Sociedad Argentina de Endocrinología (SAEM). Para mí es super maravilloso poder acompañar a las personas en ser reconocidas por la identidad que tanto tiempo les llevó admitir y poder acompañar y contener todo este proceso, que lleva un montón de altibajos a nivel emocional, no necesariamente por ellxs mismos sino por la mirada social, del otrx sobre unx.

Me acuerdo cuando llegó mi primer paciente trans, un chico de 16 años, con quien viví algo que me hizo recapacitar y decidir abocarme a esta especialidad. Yo lo llamé por su apellido y me encontré con un chico que no me miraba a los ojos y que estaba sentado en diagonal a mí. Él me consulta de manera muy vergonzosa por la hormonización, y ahí le pregunto su nombre, porque solamente me figuraba el nombre que le habían dado sus progenitores al nacer; me dice su nombre de elección masculino y automáticamente gira el cuerpo hacia mí con una mirada super iluminada y emocionada, me comenta que su familia lo acompañaba en este proceso que había elegido, y es más, su padre y madre participacion de la segunda consulta médica, que hasta vino la hermanita. Yo a ella como era chica le di para que dibuje mientras hablaba con el paciente y su familia, y cuando terminó la charla, ella me regaló su dibujo que había hecho con mucho amor, lo cual no me parece un dato menor, porque se respiró un clima de inclusión, armonía y respeto por todxs. A partir de ese momento vi el cambio actitudinal del paciente, la forma en la que venía a las consultas, con otro porte, más seguro de sí mismo y feliz. Fue hermoso y ahí entendí que era a lo que quería dedicarme.

CF: Y para vos, ¿hay otras disciplinas, más allá de la endocrinología misma, que sean deseables o recomendables que formen parte de este proceso? ¿Eso está regulado en la Ley de Identidad de Género?

Nati: Por suerte la Argentina tiene una ley de avanzada en esto, que es la 26.743. La Ley da lineamientos claros y generales sobre la hormonización, de hecho está contemplado el tratamiento gratuito para quien quiera acceder al mismo. Y digo “quiere acceder” porque lxs endocrinólogxs no siempre intervenimos. Lo hacemos si lx paciente quiere iniciar un tratamiento hormonal. Desde la medicina no consideramos transgénero sólo a quien se haya hormonizado, sino que unx paciente puede no hormonizarse e igual tener la identidad de género que manifiesta. Hay otras especialidades que tienen que intervenir y son múltiples: clínicxs, ginecólogxs, urólogxs, cardiólogxs. Todxs tenemos que estar entrenadxs en el abordaje de pacientes trans. Lxs pacientes trans tuvieron que acudir durante muchísimo tiempo a terapias hormonales y quirúrgicas por fuera del sistema de salud, exponiéndose a múltiples riesgos, y hoy es una conquista que ellxs formen parte del resto de la población general que tiene acceso al sistema de salud.

CF: ¿Y se trabaja en equipos interdisciplinarios o cada profesional atiende por separado?

Nati: Esto se está aceitando cada vez más. Yo estoy hablando de la Ciudad Buenos Aires y cabe destacar que esto no es necesariamente igual en el resto del país. Lamentablemente en el interior no todxs están capacitadxs. Muchas veces recibimos consultas de médicxs de otras provincias que quieren dar respuesta o acompañar a algunx paciente trans y necesitan información. Acá tenemos varios hospitales que ya tienen equipos formados, de hecho, el Durand fue uno de los primeros en su momento. Después está el Ramos Mejía, el Hospital Fernández y ahora hay muchísimos más centros, como el San Martín de la Plata, que se dedican a la atención integral del paciente trans, donde obviamente ahí está conformada la red. Todavía falta en lo que es el terreno particular poder generar una red. Unx empieza a conocer qué profesionales se dedican a esto cuando ya tiene una casuística importante. Yo, por dedicarme a esto, sí puedo referir qué profesional puede abordar mejor lo que necesita determinadx paciente, aunque lo ideal sería que todxs lxs profesionales estemos capacitadxs para dar respuesta.

CF: Vos mencionabas recién que la ley estipula que estos tratamientos sean gratuitos. ¿Cuál es tu experiencia en la práctica? ¿Efectivamente es así? ¿Se accede a todo el tratamiento de manera gratuita o es más compleja la situación?

Nati: Como país pobre que somos, es muy compleja la situación. Siempre se critica el “por qué tienen que tener todo gratis” y es un colectivo que ha sido relegado históricamente y la verdad es que tampoco representa económicamente un impacto mayor. Pero en los vaivenes económicos del país o en los cambios políticos de un gobierno a otro a veces pasa que hay unos meses en que las hormonas no llegan a lxs pacientes. Desde el Estado se trata de cumplimentar y durante todas las gestiones hubo un buen trabajo aunque ha habido faltantes, incluso los hay en estos momentos, pero tratamos de estar conectadxs lxs profesionales como para garantizar el acceso. Con lo que respecta a las obras sociales o prepagas, cuesta, no es imposible. A veces es frustrante pero a la larga, se van abriendo los caminos.

CF: ¿Y estos tratamientos forman parte de la formación académica “estándar” o tuviste que aprenderlos aparte, por tu cuenta?

Nati: Yo creo que esto está cambiando. Cuando hice mi carrera universitaria no sabía ni qué era la identidad de género. Y menos sabía que había gente cuya identidad de género no coinicidía con su sexo biológico. Entonces cuando empiezo la especialidad ya me hacía ruido porque la gente me preguntaba cómo era este proceso y yo no sabía. Recién en el cuarto año de la especialidad, fue el primer año donde nos dieron una primera clase sobre la hormonización de pacientes trans. Habrá sido hace 5 años atrás. Nunca se había dado una clase así antes aunque había muchxs profesionales trabajando muchísimo en dar respuestas. Y luego de esta clase de capacitación que me atrajo muchísimo, decidí dedicar mi último mes a acercarme a la doctora Patricia San Martin, que se dedica en el Hospital Ramos Mejia a la atención de pacientes transgénero para que me dé más herramientas por si me llegaba a tocar tratar a unx paciente transgénero. Ahí aprendí muchísimo, me llené de amor porque lxs pacientes tienen una hermosa respuesta cuando encuentran un profesional que se ocupa y se preocupa y ya ahí se me empezó a despertar la curiosidad. Sin embargo, quiero reconocer a lxs profesionales que se capacitaron incluso antes de que existiera la Ley de Identidad de Género y fueron quienes nos enseñaron a lxs que nos interesamos a partir de la creación de la Ley. Después, fuimos lxs más jóvenes lxs que nos encargamos de pedir la formación de este Departamento que la SAEM recibió con gusto. Ahora estamos trabajando en una guía, proyectos de investigación, estamos armando una red de comunicación entre las distintas Sociedades. Estamos más que contentxs con la aprobación del Cupo Laboral Trans que es realmente necesario. Todavía faltan ciertos pasos por dar, pero bueno, poder acompañar esto la verdad es muy gratificante.

CF: Cambiando de tema, queríamos retomar algo que mencionaste al principio. Dijiste que la endocrinología es una profesión mayoritariamente de mujeres, ¿tenés alguna hipótesis de por qué?

Nati: Tengo varias hipótesis. Tal vez la más triste es que la endocrinología es difícil que genere grandes ingresos. Es una especialidad clínica donde no hay actividades invasivas, que son las que hoy generan más dinero. El hombre también es víctima del patriarcado y eso se puede ver, por ejemplo, en la presión por tener más ingresos más rápido y eso no ocurre así en la endocrinología. Mi segunda hipótesis tiene que ver con que la endocrinología abarca un montón de patologías crónicas donde el tratamiento, la contención y el diálogo con lx paciente son muy importantes. Va depender mucho de cada persona, obviamente… si un hombre es sensible y siente que puede contener y acompañar se va a interesar por la endocrinología. Pero durante mucho tiempo los hombres recibieron una educación que les decía, por ejemplo, que llorar no estaba bien o “no es de hombre” y creo que se extrapola a todo lo que es la atención médica, que requiere sí o sí empatía.

CF: Y en el área de investigación, donde estas “habilidades emocionales” tal vez son requeridas, ¿la proporción se invierte o se empareja?

Nati: Pensándolo ahora, no se invierte pero sí se empareja, lo cual es llamativo. Pero las mujeres en endocrinología se interesan mucho en el terreno de la investigación y han ocupado lugares muy importantes. De hecho, en Argentina la mayoría de primerxs autores de publicaciones científicas son mujeres. No sucede lo mismo en todo el mundo.

CF: ¿Y en los espacios de poder y de toma de decisiones cómo se distribuye el género? Quizás en cabezas de laboratorios o jefxs de área en hospitales, o mismo en la SAEM.

Nati: Lamentablemente se replica lo que pasa en toda sociedad patriarcal. Llama la atención que siendo una especialidad mayoritariamente de mujeres (con un número muchísimo mayor de mujeres que de hombres), en el último congreso nacional muchas de las mesas estaban ocupadas por referentes masculinos. Parecería que nosotras somos las que perpetuamos esto, porque en el país hay muchísimas mujeres en el servicio de endocrinología extremadamente calificadas, que dedican su vida entera a la disciplina, y sin embargo, estos espacios de referencia los ocupan los pocos hombres que hay.

CF: Y durante tu formación y desarrollo profesional, ¿te has encontrado con dificultades relacionadas a los sesgos de género?

Nati: Me ha pasado que una opinión transmitida por un hombre cis-género tenía mayor peso que la mía o la de mis compañeras. Afortunadamente no he tenido dificultades a la hora de desenvolverme pero sí he tenido la sensación de que hay más respeto ante las decisiones u opiniones expresadas por hombres que por nosotras. Me gustaría destacar también una pregunta que ustedes hicieron en su Instagram sobre el rol que cumplían las disidencias sexuales, y yo también me lo cuestioné y lo veo en el campo de medicina y endocrinología, donde las disidencias son minoría. Y he sido testigo de una gran cantidad de comentarios discriminatorios hacia quienes tenían una orientación sexual no heteronormativa o una identidad de género que no correspondían con el sexo asignado al nacer.

CF: Y respecto a tu cuenta propia de Instagram (@endocrinologia.salud), ¿qué fue lo que te motivó a crearla? ¿Qué vínculo se genera con tus seguidores?

Nati: Tuve muchos cuestionamientos internos antes de abrir mi cuenta porque en aquel momento en el imaginario colectivo se pensaba que los profesionales que estaban en Instagram no eran tan “profesionales”. Yo veía la necesidad de ocupar un espacio en redes sociales porque la figura de lxs médicxs siempre fue muy fría y distante hacia lxs pacientes. No se mostraban como actores y actrices de la sociedad, más allá de ser medicxs. Y esto a la larga genera que lx paciente ya no quiera ir a la consulta, o peor aún, que las personas sientan mucha ansiedad a la hora de ir al médicx y la pasen realmente mal. Y eso me generó un cuestionamiento. Es más, yo en mi cuenta no puse ni mi nombre pero de todas maneras quería acercar información hacia el público. Y hoy, ya teniendo un recorrido y habiendo pasado la barrera del miedo, lo encuentro muy satisfactorio. Además, descubrí que quienes más me desafían son lxs pacientes, que están súper informadxs y vienen con preguntas que yo nunca me cuestioné, generando diálogos mucho más interesantes y enriquecedores. Ellxs se animan a contarme cosas que quizás en una consulta normal, por el tiempo y la rapidez del consultorio tal vez ni se animan a decir. Y empecé a notar la necesidad que tienen ellxs de contar sus cosas, incluso en una plataforma virtual donde no nos conocemos… eso muestra una carencia en la sociedad a la que toda la comunidad médica debería dar respuesta. Hace un tiempo una persona me dijo “los lugares que no se ocupan, se pierden” y siento que tiene razón. Si unx, que estudió, que está capacitadx y que cuenta con respaldo científico en sus enunciados, no ocupa un lugar, ese espacio es rellenado por alguien que quizás no está calificadx y puede distribuir información falsa o no verídica, que termina siendo dañina para lxs individuxs. Por eso yo hago mucho hincapié en que quienes se especialicen en un tema, lo divulguen, lo hagan público, y las redes sociales hoy son una excelente herramienta.

CF: Muchísimas gracias Nati por esta reflexión. Tenés mucha razón y es un poco lo que tratamos de hacer desde nuestro espacio también. Por último, si alguien se quiere comunicar con vos, ¿cómo se tiene que contactar?

Nati: Como les mencioné recién, a través de mi Instagram @endocrinologia.salud, o en Facebook como Doctora Natalia Meo Guzman. Yo quería agradecerles a ustedes no solo el espacio sino también por el trabajo que vienen haciendo, que es tan necesario en la ciencia... Reivindicar el rol de las mujeres y las disidencias que fue tan necesario para que la ciencia avance. Y hoy estamos acá, activas, para llevar nuestro nivel científico cada vez más alto.

(*)Dejamos aquí un pequeño (y para nada exhaustivo) glosario con el fin de facilitar la lectura de algunas partes de la entrevista.
Hormonas esteroideas: ayudan en el control del metabolismo, inflamación, funciones inmunológicas, equilibrio de sal y agua, desarrollo de características sexuales, y la capacidad de resistir enfermedades y lesiones.
Estrógenos: son hormonas sexuales esteroideas producidas por los ovarios, la placenta durante el embarazo y, en menores cantidades, por las glándulas adrenales. Los estrógenos inducen fenómenos de proliferación celular sobre los órganos, principalmente endometrio, mama y el mismo ovario. Al regular el ciclo menstrual, los estrógenos afectan el aparato genital, el urinario, los vasos sanguíneos y del corazón, los huesos, las mamas, la piel, el cabello, las membranas mucosas, los músculos pélvicos y el cerebro. Los caracteres sexuales secundarios, como el vello púbico y de las axilas también comienzan a crecer cuando los niveles de estrógeno aumentan. Muchos de los sistemas orgánicos, incluyendo los sistemas musculoesquelético y cardiovascular, y el cerebro, están afectados por los estrógenos.
Testosterona: es una hormona sexual esteroidea que, en los mamíferos, es producida principalmente por los testículos y los ovarios y, en menor medida, por las glándulas suprarrenales. La testosterona juega un papel clave en el desarrollo de los tejidos reproductivos como los testículos y la próstata, y también en la promoción de los caracteres sexuales secundarios como, por ejemplo, el incremento de la masa muscular y ósea y en el crecimiento del pelo corporal.
Gestágenos: son un grupo de hormonas cuya función es mantener el embarazo (acción pro-gestacional), aunque también están presentes en otras fases del ciclo menstrual.
Levonorgestrel: es un gestágeno sintético utilizado en métodos anticonceptivos hormonales. Debido a que poseen un mecanismo de acción múltiple, el efecto del levonorgestrel es dependiente de la dosis y del momento del ciclo menstrual en el que se administre. En el contexto de la anticoncepción, su finalidad es disminuir los niveles séricos de LH y FSH de manera que se evite la maduración folicular causando, por tanto, la ausencia de ovulación o su retraso. Esto se consigue mayoritariamente si la administración del levonorgestrel es previa a la ovulación.
LH: La Hormona Luteinizante estimula la ovulación y la producción de testosterona.
FSH: La Hormona Folículo-Estimulante estimula la producción de ovocitos y espermatozoides.
GnRH: La hormona liberadora de gonadotropina estimula la liberación de LH y FSH.
Andrógenos: Los andrógenos son hormonas esteroideas (entre las cuales se encuentra la testosterona) cuya función principal es estimular el desarrollo de los caracteres sexuales masculinos.

Ilustraciones: Florencia Fernandez Chiappe