El océano: vida y medio de subsistencia

8 de junio del 2021

Por Ornella Silvestri

“El océano: vida y medio de subsistencia” es el lema del Día Mundial de los Océanos 2021, un año en el que además comenzamos una década de desafíos para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14: “Conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos” de cara a 2030 (ONU).

Desde el 2009 se decretó por la ONU que cada 8 de junio se celebre el día mundial de los océanos. Se eligió este día porque el 80% de la contaminación oceánica está causada por los seres humanos, son 8 millones de toneladas de plástico anual que terminan en nuestros océanos, que a su vez genera 8000 millones de dólares en gastos dañando nuestro ecosistema marino.

¿Pero por qué son importantes los océanos?, ¿para qué hay que conservarlos?

Su circulación, junto con la de la atmósfera, es responsable de distribuir el calor que llega de la radiación solar desde el Ecuador hacia los Polos en superficie y además transportar aguas frías y ricas en nutrientes desde el Polo hacia el Ecuador en profundidad. De no ser por los océanos, nuestro planeta no sería un lugar habitable pues el clima sería mucho más extremo.

También albergan la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra y es la principal fuente de alimento para más de mil millones de personas en todo el mundo. Inclusive, muchos de los componentes y tratamientos que encontramos en la industria farmacéutica para combatir nuestras dolencias provienen de algas, moluscos, peces y/o corales.

La fotosíntesis no ocurre solamente en las plantas y árboles sobre la tierra. En los primeros metros de los mares y océanos, pequeños organismos acuáticos de la familia del plancton, absorben el dióxido de carbono presente en el agua y liberan oxígeno que llega a la atmósfera. De esta forma, generan más del 50% del oxígeno que respiramos.

Los océanos colaboran con la mitigación del calentamiento global ya que, además de brindarnos oxígeno, reducen el dióxido de carbono. Recordemos que este es un gas invernadero que se encuentra en estado gaseoso en la atmósfera y también en estado acuoso en el agua; retiene calor y aumenta la temperatura en el medio que se encuentre. Entonces, ¿cómo nos ayudan a reducir el dióxido de carbono? El fitoplancton presente en los océanos lo captura para formar su exoesqueleto; cuando estos organismos no son consumidos por otros organismos más grandes, se hunden y depositan en el fondo del mar y con ellos grandes cantidades de dióxido de carbono en estado sólido. De esta forma, los océanos actúan como un gran sumidero, atrapando el 30% de las emisiones de dióxido de carbono atmosféricas y el 93% del calor generado por las emisiones de gases de efecto invernadero.

Floración de fitoplancton en el océano Atlántico Sudoccidental. Ocean Color - NASA

¿Cuál es el problema?

Como consecuencia del aumento de dióxido de carbono antropogénico, los océanos están llegando a su límite. Más gases que calientan la atmósfera se traducen en más gases también en los océanos. De esta forma, la temperatura del agua del mar aumenta, obligando a las especies a migrar a regiones más frías perturbando su comportamiento e incluso llevándolas a su extinción si sumamos la pesca ilegal indiscriminada. También disminuyen los grandes hielos marinos, convirtiéndose en masas de agua más frescas, afectando a los patrones de circulación global y elevando el nivel medio del mar, desplazando urbes costeras. Además, el agua de mar más cálida desestabiliza los depósitos de metano que se encuentran en el fondo del mar, liberando este gas de nuevo a la atmósfera, provocando un calentamiento global más extremo.

The Ocean Agency / Richard Vevers

Por último, el aumento de la concentración de dióxido de carbono disuelto en el agua del mar produce la acidificación de los océanos. Debido a ello, los corales duros, moluscos y crustáceos que utilizan el carbonato para crear sus estructuras y caparazones no pueden absorberlo. Por lo tanto, estos animales se debilitan y corren el riesgo de desaparecer, afectando así a la integridad de las cadenas tróficas a las que pertenecen. Según los científicos, se estima que para el año 2050 podría extinguirse casi el 90% de los ecosistemas establecidos en los arrecifes. Y todo esto sin considerar la contaminación de plásticos y microplásticos que afectan la fauna y flora marina. Durante mucho tiempo la humanidad vio en la inmensidad de los océanos el basurero perfecto para sus residuos, pero esto debe parar.

Para evitar los grandes impactos del calentamiento global en los océanos, es necesario cambiar el modelo de producción energética global basado en los combustibles fósiles y buscar métodos de producción de energía renovable que no produzcan más emisiones de gases de efecto invernadero que nos lleven a un cambio climático crítico. Es momento de despertar el respeto por el ambiente en la conciencia de los 7.8 billones de personas que ocupamos el planeta en este momento. Desde casa podemos pensar en los productos que consumimos, el uso de plásticos que complican más de lo que ayudan, el tratamiento de los residuos que generamos, entre muchas otras acciones que pueden cambiar el camino que estamos construyendo como ciudadanxs del mundo.

¿Te imaginas vida sin océanos? Si no existieran océanos, no podríamos imaginar vida para nosotrxs. ¡Cuidemoslos!


Fuentes:

https://unworldoceansday.org/

https://www.un.org/es/observances/oceans-day

https://oceanic.global/

https://globalclimateforum.org/

https://www.worldometers.info/es/poblacion-mundial/


La imagen de portada corresponde a una imagen satelital del color del océano de la misión MODIS de NASA, obtenida en la región del Margen Continental Argentino el 4 de febrero del 2019.