Maria Sibylla Merian

Ilustración: Rachel Ignotofsky (@rachelignotofsky)

Maria Sibylla Merian

“El arte y la naturaleza siempre estarán luchando hasta que finalmente se conquisten unos a otros para que la victoria sea el trazo y la línea” Maria Sibylla Merian (1647-1717)

Al inicio de la Revolución Científica, entre los siglos XVI y XVII, las mujeres fueron excluidas de los centros de mayor actividad, universidades y academias. Las mujeres naturalistas, por su parte, no tuvieron la menor oportunidad de participar en ninguna de esas redes. Se les impidió viajar a las colonias europeas con argumentos como climas complicados y desagradables condiciones de vida. Sin embargo, la alemana Maria Sibylla Merian aprendió en el taller de su padre técnicas de dibujo que le permitieron pintar todo tipo de flores, frutos, pájaros y hasta insectos. Este aprendizaje propició su entrada en el ámbito científico. Su carrera como naturalista respetada comenzó con la publicación en 1679 de su libro “La oruga, maravillosa transformación y extraña alimentación floral”, producto de largos años de observación e investigación. Fue un trabajo revolucionario, ya que era la primera vez que animales, plantas e insectos eran retratados juntos. Merian fue también pionera en emanciparse de ataduras sociales que coartaban la libertad y la curiosidad de las mujeres ya que se divorció en 1685 para luego, a la edad de 52 años, embarcarse y explorar con una de sus hijas Surinam con el fin de recolectar y cultivar especímenes de flora y fauna exóticas. Ella misma financió parte su propia investigación y proyectos científicos. Pudo publicar 3 libros entre 1675 y 1705. Su contribución más importante fue enriquecer la base empírica de la Entomología con nuevos descubrimientos; prueba de ello es que 9 mariposas, 2 escarabajos y 6 plantas fueron bautizados con su nombre.