Silvia Garzoli

Silvia Garzoli

Silvia Garzoli nació en Buenos Aires, Argentina, en 1941. Es física y está especializada en el campo de la oceanografía física. Realiza y dirige programas de campo relacionados con la circulación oceánica y el clima, enfocados en el Atlántico Sur, con el objetivo de utilizar observaciones para entender la dinámica del intercambio de calor y masa, y con ello como los océanos se ven afectados por el cambio climático.

Estudió física en la Universidad de Buenos Aires, y luego realizó un doctorado en física en la Universidad de la Plata en asociación con la Universidad de Maryland, en donde exploró un modelo de la estructura galáctica. Sus primeros años de carrera científica fueron en el campo de la radioastronomía, pero Silvia sentía un fuerte interés por investigar en temas que pudieran impactar de manera más directa en la sociedad, por lo cual comenzó a trabajar junto a ocenógrafxs físicos y meterólogxs, primero en nuestro país, y desde 1970 en Francia, cuando se unió al Laboratoire d'Oceanographye Phisique de París.

En 1980 se mudó a Nueva York junto a su pareja (también físico) e hija para trabajar en el Lamont Doherty Earth Observatory (LDEO) de la Universidad de Columbia, donde desarrolló gran parte de su carrera. En 1997 fue nombrada como Directora de la División de Oceanografía Física en el Atlantic Oceanographic and Meteorological Laboratory (AOML) de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) en Miami, puesto que luego de diez años dejó para pasar a ser ser jefa científica en el mismo instituto. Luego de jubilarse, ha continuado con sus investigaciones en un puesto de medio tiempo como científica en el Cooperative Institute For Marine And Atmospheric Studies (CIMAS).

Con semejante recorrido es muy interesante leer su testimonio, ya que ella cuenta que ha disfrutado mucho su vida académica, pero que aún así le resultó una lucha equilibrar su vida como madre, mujer y científica. Destaca la importancia del acompañamiento de su marido en ese aspecto, quien respetó y apoyó su carrera científica.

A nivel laboral, Silvia sufrió casos de discrminación directa que afectaron su avance en la carrera y en su salario, por las dificultades para encontrar financiamiento siendo una mujer a cargo de los proyectos. Un obstáculo particular asociado a su elección de tema de trabajo tuvo que ver con que los capitanes de barcos de los buques de investigación muchas veces se negaban a aceptar a una mujer como jefa científica; y algunos ni siquiera como parte de la tripulación por ser un ámbito de "trabajo para hombres". Rescata que se sintió siempre apoyada por otras “mujeres aisladas” en ciencia con las que podía compartir experiencias en los congresos internacionales.

Silvia habla de la esperanza que le generó ver cómo las mujeres comenzaron a llenar los laboratorios, y que considera que las condiciones de trabajo para ellas han mejorado. Para apoyar este cambio fue que decidió aceptar algunos de sus puestos como directora, lo que muchas veces implicó hacer cambios en su vida. Ella dice “mi consejo para las mujeres jóvenes es: el cambio es bueno. Es difícil y aterrador, ¡pero bueno!”.

Ilustración: Meli Scotti (@fuemeli)