Ilustración: Rachel Ignotofsky (@rachelignotofsky)
Nettie Maria Stevens nació el 7 de julio de 1861 en Cavendish, en Vermont. Fue una destacaba genetista que realizó importantes contribuciones en los campos de la embriología y citogenética.
Pese a la difícil situación económica en la que se encontraba su familia, Nettie pudo acceder a una buena educación. Luego, trabajó como profesora y bibliotecaria hasta poder ahorrar el dinero para ingresar a la universidad. En 1896, se matriculó en la Universidad de Stanford.
Nettie continuó sus estudios en el Bryn Mawr College, una universidad femenina de Filadelfia y viajó a Europa para ampliar sus conocimientos en Alemania e Italia.
Los intereses científicos de Nettie Stevens fueron enfocándose en el estudio de la herencia genética. En aquellos años en los que aún se desconocía cómo un ser vivo veía determinado su sexo en el momento de su concepción, Nettie inició una exhaustiva investigación con distintos tipos de insectos que la llevarían a concluir que existían dos tipos de cromosomas, el X y el Y que definían el sexo biológico. Casi de manera simultánea, su colega Edmund B. Wilson, llegó por sí mismo a la misma conclusión. A pesar de que Wilson especificó en la revista que sus conclusiones coincidían con las de su colega Stevens, fue él quien se llevó el mayor reconocimiento.
Con tan sólo cincuenta años, un cáncer de mama terminaba con su vida. Stevens falleció en 1912.
Fuente: https://bit.ly/3fuMZtU.