Medicina, placer y sexualidad en tiempos de feminismo

Entrevista realizada a Lucía Curcio

Marzo 2020

Medicina, placer y sexualidad en tiempos de feminismo

"La sexualidad en la medicina siempre fue dejada de lado. Por lo menos desde el punto de vista del placer."

Entrevista a Lucía Curcio, realizada por Juliana Reves Szemere. Ilustraciones de Laura Knoll. Realizada en Febrero de 2020.

Lucía Curcio es médica Ginecóloga y Sexóloga. Durante el año 2019 estuvo organizando talleres sobre masturbación, anatomía y sexualidad para personas con vulva. En esta entrevista, hablamos de sus talleres, la motivación que tuvo para organizarlos y de cómo la medicina piensa la sexualidad de las personas a través de la historia y qué está cambiando en esos aspectos a raíz del feminismo.


Juliana: Vos estás organizando unos talleres… ¿De qué se tratan?

Lucía: Son talleres enfocados en sexualidad, particularmente para mujeres cis y personas con vulvas. El primer taller que armé, fue sobre la parte anatómica de mujeres cis. Me pareció que no nos conocemos a nosotras mismas. Entonces empecé a pensar, ¿cómo podía ser? y surgió la idea de dar un taller sobre anatomía y respuesta sexual. Partiendo de la base de que en relaciones heterosexuales, la sexualidad muchas veces está centrada en lo que el varón quiere, es importante pensar qué le pasa a la población que no es masculina y tiene relaciones o mantiene una sexualidad activa, de la manera que sea y no tiene noción de cómo ser estimulada o qué le gusta. Desde ese lugar partió el primer taller que fue sobre anatomía y respuesta sexual en la mujer.


J: ¿Organizaste más talleres?

L: Sí. Di un segundo taller organizado, que fue sobre masturbación y orgasmo para personas con vulva. Ahí había toda una parte de mitos en relación al orgasmo, qué se cree, si existen diferentes tipos, si hay una mejor manera de alcanzar el orgasmo. Al principio, hubo una parte más teórica de cómo se forma el orgasmo y qué se necesita, el tiempo y demás. Después hubo una parte más “práctica” de técnicas de masturbación.


J: Y a lo largo de los talleres ¿te pareció que la gente ya sabía lo que vos le contabas? ¿Cuánto sabemos sobre nuestro propio cuerpo, el placer, la anatomía en general?

L: Es muy variado. Hay personas que por ahí tienen una muy buena noción de la anatomía porque han leído o están dentro de ramas biológicas y lo estudiaron, pero después al interiorizarse se dan cuenta de que si bien conocen la anatomía, no saben cómo estimularla y también se da el caso inverso, gente que no tiene la mínima idea de cómo se llama algo anatómicamente pero se autoconocen un montón. En general, el clítoris más o menos todas lo ubican, pero sobre los nombres o lugares que generan estimulación del clítoris ya hay más desconocimiento. Lo que sí noté, es que muy pocas personas se vieron su propia vulva con un espejo. Eso me llamó mucho la atención.


J:¿Por qué se te ocurrió que estaba bueno hacer este taller?

L: Mucho de lo que nos mueve es a partir de una necesidad propia. Yo busco conocimiento cuando siento que no lo tengo y desde ahí me nutro. Cuando lo que aprendí en medicina y en gineco no me alcanzaba, me metí en la parte de sexualidad. Yo tenía que sanar algunas cosas. Empecé a estudiar para poder hacerlo y se me ocurrió organizar los talleres porque vi que había mujeres que realmente lo necesitaban. Hablando ya de pacientes, hay muchas consultas en relación a eso y sentí que era necesario un espacio fuera del consultorio para poder hablar estos temas. Me pareció que estaba bueno generar algo así en un espacio fuera de la medicina.


J: Claro, lo querías separar

L: No desde un ámbito donde alguien estuviera necesitando una consulta, sino como algo para construir desde un grupo de mujeres, donde es otra la dinámica y el valor que se le da en el momento.

J: Y vos… ¿Dónde aprendiste estas cosas? ¿Tuviste que ir a hacer un postgrado de sexualidad o son cosas que ves en la carrera?

L: Sexualidad en sí, en la carrera no se da. En el primer año vemos la parte anatómica, donde vemos muy bien la anatomía del varón cis y la vulva se ve como vulva, como un todo integrado, no vemos las partes. Y después se ve la parte reproductora. Se le da mucha más bola a lo que es reproductor que a la parte del placer. En lo masculino también, pero está más unificado. En lo femenino está completamente separado. La porción reproductora de la mujer cis, no tiene que ver con la parte de la sexualidad que genera placer. Son dos cosas separadas y a eso es nulo en la carrera. Nadie te enseña cómo por estimulación de fricción del clítoris o del glande se alcanza el orgasmo. Eso no te lo da nadie en la carrera y si tenés la inquietud sí o sí tenés que ir a estudiarlo afuera. Yo hice un postgrado en la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.


J: Y ese postgrado ¿está enfocado en sexualidad?

L: Es todo sobre sexualidad. Es para médicxs y para psicólogxs. Eso está bueno porque yo como médica haciendo sexualidad, hay un montón de aspectos psicológicos que tuve que laburar. Esto me permitió tener una base para seguir creciendo sobre ese aspecto y poder tratar pacientes desde otro lugar. Lo mismo para lxs psicólogxs, les permite tener una noción de aspectos físicos y biológicos y laburar mejor con las personas que van a atender. Está muy bueno todo lo que se genera porque se hacen equipos de trabajo.


J: ¿Vos con quién trabajás en esos equipos?

L: Yo cuando tengo una paciente en particular (por el área donde estoy, en general son mujeres cis) siempre consulto con alguna psicóloga o psiquiatra y si tengo que derivar, derivo y si da para hacer una cuestión más grupal también se puede trabajar. Pero está bueno tener a alguien de referencia por afuera de lo que es la práctica de la medicina. En el Hospital de Clínicas, por ejemplo, en la parte de sexología se labura de a dos, en equipos conformados por una persona de medicina y otra de psicología. Eso está buenísimo porque es mucho más enriquecedor, tanto para la persona que va a la consulta como para quienes están atendiendo. Te podés nutrir de otra manera con el trabajo interdisciplinario totalmente. Eso es re importante en sexualidad.

J: ¿Cómo pensás vos, siendo médica, que la medicina se ocupó de estos temas? ¿Hace cuánto la medicina piensa en la sexualidad, en particular en la sexualidad de quienes no tienen pene?

L: La sexualidad en la medicina siempre fue dejada de lado. Por lo menos desde el punto de vista del placer. Sí se enseña desde un punto de lo que es la “educación sexual”, de la misma manera de cómo se enseñaba en la escuela, con la típica charla de Johnson y Johnson sobre cómo prevenir embarazos y qué son las enfermedades de transmisión sexual. La medicina encaró la sexualidad, a mi entender, desde un lado negativo. En la facultad nos enseñan “estas son las enfermedades de transmisión sexual”, “esto es un embarazo, así se llega”, pero nunca se habla del placer. La medicina no se actualizó con eso, está muy atrás. Ahora, con los movimientos feministas está habiendo un cambio de paradigma y se está empezando a pensar en cómo incluir esto en los programas de medicina. Pero está todavía muy verde.


En relación a las personas que no tienen pene, la medicina ha hecho estragos. El rol que se le dio a las mujeres cis, siempre fue reproductor y además, desde un lugar en donde la mujer cis es la comparación con el varón cis. Incluso desde el lado de la embriología, todo lo que es “femenino” es por defecto de lo masculino, siempre planteado desde un lugar muy binario “esto es varón, esto es mujer y lo demás ya se definirá para uno u otro lado”, de acuerdo de cómo la medicina lo vea.


J: ¿Qué quiere decir eso de que es por defecto de lo masculino?

L: Viste que siempre hay una cuestión de cromosomas XX (personas genéticamente femeninas) y XY (personas genéticamente masculinas). Los genes contenidos en el cromosoma Y van a generar una diferenciación. Esto es lo que está estudiado. Cuando el cromosoma Y no está, por default se hace lo femenino y así se enseña. O sea, por falta de material del cromosoma Y se hace una diferenciación hacia lo femenino. Además hay cero reconocimiento de lo que es no binario. El cuerpo se enseña desde un lugar totalmente masculino o femenino, yendo a lo biológico de macho o hembra, no hay otras cosas. Ahí hace falta un aggiornamiento por parte de la medicina, donde creo que los movimientos sociales y la psicología están haciendo sus aportes, dejando de ver a la medicina como algo meramente biológico y pensarla como una ciencia social, que es lo que siempre fue. Me parece que es el gran aporte que puede haber en este tiempo.

J: Y cuando hablás con tus colegas de estos temas, los de tu generación o más grandes ¿opinan parecido?¿tienen críticas?

L: En mi generación, por lo menos en lo que es mi área, hay gente que es mucho más permeable. Si ya nos movemos una generación más arriba, no. Hablar de personas disidentes o transgénero, cuesta más con generaciones mayores. Después, en otras especialidades donde hay prevalencia de varones cis, es mucho más complicado hablar de disidencias. Incluso hablar del abordaje de la sexualidad es complejo. Creo que cualquier médicx de cualquier área debería tener nociones básicas de cómo encarar una consulta sexual. Por ejemplo, si sos médicx clínicx puede venir un paciente varón cis diabético, que puede tener problemas sexuales específicos de su diabetes, o unx traumatólogx de columna, que atiende personas que pueden tener problemas en la sexualidad por alteraciones en la columna y así con cada especialidad. La verdad es que en algunos lugares hay poca permeabilidad hacia lo que es el cambio de paradigma que se está realizando. Pero bueno. De a poco y con paciencia.

J: Ahora te pregunto por tus pacientes. ¿Notás este cambio en la manera o las preguntas que te hacen en las consultas?

L: Sí. Sobre todo en las pibas jóvenes. Las que tienen entre quince y veintipico vienen como una aplanadora. Plantean cosas en la consulta que capaz, a alguien de cuarenta, no se le ocurre hablar ni de casualidad. Vienen con mucha apertura para hablar de sexualidad. También es importante, desde mi lugar, habilitar ese espacio. No es fácil en una consulta ginecológica, que quien atiende genere ese espacio y que la persona atendida esté cómoda como para poder hablar del tema. Tienen que haber un vínculo. Pero en líneas generales a las mujeres más grandes les cuesta más, incluso cuando yo pregunto específicamente, las pibas se sueltan mucho más y a las más grandes les cuesta. Pero bueno, es muy variable.


J: Bueno, ya para ir terminando. Última pregunta ¿Este año vas a seguir con los talleres?

L: Sí, tengo programados varios talleres que voy a dar a lo largo del año. Para arrancar uno sobre ciclo sexual femenino y cómo funcionan las hormonas en cuerpos menstruantes, después otro de anatomía y cómo es la respuesta sexual, el de orgasmo y masturbación va a seguir estando y un cuarto sobre cuerpo y sexualidad.


J: ¿Cómo hacemos para enterarnos de los talleres?

L: Hay un instagram, que es sexa.conciencia que está abierto para inquietudes, dudas y posteos acerca de sexualidad para todxs. Así que son bienvenidxs a verlo.