por Catalina Zaza
Melina Belinco es vicepresidenta electa de Women in Nuclear, una organización que promueve la participación activa de las mujeres en el sector nuclear. Hablamos de la importancia del involucramiento de las nuevas generaciones en el campo nuclear y, en particular, de las mujeres y disidencias. Licenciada en Ciencia Política y Especialista en Cooperación Internacional, actualmente desempeñándose como Oficial Nacional de Enlace con el Organismo Internacional de Energía Atómica dentro de la Comisión Nacional de Energía Atómica, nos cuenta los beneficios del trabajo interdisciplinario entre las Ciencias Exactas y Sociales, ademas de su visión sobre los múltiples usos pacíficos de la energía nuclear hoy en día.
Catalina: Actualmente sos la representante de WiN Argentina (Women in Nuclear Argentina) ¿Cómo se creó la organización y por qué?
Melina: WiN Global tiene sus inicios en 1993 luego del accidente en Chernóbil, cuando un grupo de mujeres decidió unirse no sólo para dar visibilidad a su trabajo dentro del campo nuclear sino también para derribar ciertos mitos que empezaron a intensificarse alrededor de esta industria a partir del accidente, sobre todo vinculados al impacto sobre las embarazadas y lxs recién nacidxs. Los principales antecedentes para su fundación tuvieron lugar en Suiza y Suecia y luego la asociación comenzó a crecer en ‘capítulos’, es decir, las entidades que representan a WiN en cada país, llegando a tener al día de hoy 125 países participantes y más de 35 mil integrantes. El objetivo principal de la organización es promover la participación activa de las mujeres dentro del sector nuclear, especialmente a las jóvenes y niñas; así como impulsar la comprensión y la conciencia de los beneficios de los usos pacíficos de la ciencia y tecnología nucleares al conjunto de la sociedad. Argentina forma parte de WiN Global desde su origen, cuando crea su capítulo nacional a fin de fomentar estos propósitos en el país.
C: ¿Cómo llegaste ahí? ¿Cuáles son las metas que pudieron alcanzar desde que te sumaste al organismo y cuáles son los desafíos a futuro?
M: Me sumé en el 2014, motivada por inquietudes de aprendizaje sobre el rol de las mujeres en el sector nuclear y, sobre todo, en una búsqueda de herramientas concretas de intervención dentro de mis espacios de trabajo que contribuyan a priorizar una perspectiva de género. Como desafíos a futuro, a nivel general recalcaría la necesidad de actualizar los objetivos de la organización al día de hoy, reformarlos. Como les contaba, entre otras cosas, la asociación en sus inicios busca responder a preocupaciones ligadas a roles de género y tareas que socialmente se le asignan a las mujeres, desarrolladas en el ámbito doméstico y vinculadas a la reproducción biológica, la crianza y los cuidados. Claramente no estamos en una coyuntura post-Chernóbil; el contexto internacional cambió mucho; especialmente para nosotras, las mujeres que, afortunadamente, hemos conquistado más derechos en todos los aspectos y contamos con nuevas capacidades para identificar y abordar las desigualdades aún existentes. Ocupamos espacios donde antes estábamos excluidas. Y es fundamental seguir avanzando en la participación plena y equitativa del colectivo de mujeres ya que, por supuesto, todavía queda mucho por recorrer y el ejercicio es constante. Otra de nuestras principales preocupaciones es abordar la brecha generacional, creando interés y motivación en lxs jóvenes para formarse y crecer dentro del mundo nuclear. Para que te des una idea, hay un amplio salto generacional en el sector nuclear. Las personas más grandes tienen alrededor de 60 años y la siguiente generación hoy en día tiene alrededor de 45 años. Este salto de 10 a 15 años donde no se incorporó personal en el área se corresponde con el período posterior al evento de Chernóbil. Esto mismo se refleja en la propia organización de WiN Global, ya que la mayoría de las mujeres que ocupan cargos directivos están próximas a jubilarse. Un hito en este sentido fue la organización de la Conferencia Conjunta IYNCWIN18 -“10º Congreso Internacional de Jóvenes Nucleares y 26º Conferencia Anual de WiN”-, en la cual WiN Argentina participó como una de las asociaciones co-organizadoras, en colaboración con IYNC (International Youth Nuclear Congress), la cual justamente promueve la participación de las nuevas generaciones en el sector nuclear. La actividad funcionó como espacio ideal para el intercambio directo con mujeres muy experimentadas en el ámbito, generando un fuerte impacto sobre lxs jóvenes que pudieron percibirlas como ejemplos, modelos a seguir. Queremos y debemos fomentar el involucramiento de las nuevas generaciones, sobre todo considerando el rol histórico de las juventudes como colectivo con potencia transformadora, en particular en nuestra región.
C: Respecto a abordar de una manera interdisciplinaria el trabajo dentro del ambiente nuclear, vos, siendo politóloga con una Especialización en Cooperación Internacional y a la vez trabajando en CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), ¿cómo fue abrirte paso en el ambiente de las mal llamadas ‘ciencias duras’? ¿Cuáles crees que son los beneficios de la colaboración entre las Ciencias Sociales y Exactas?
M: En mi experiencia, las Ciencias Exactas siempre fueron un campo atractivo e incluso una opción al momento de poder elegir una carrera. Tuve la posibilidad de acceder a una beca en CNEA mientras cursaba la licenciatura, lo que me permitió ir conociendo el trabajo concreto que se da en este ámbito. Una de mis responsabilidades siempre ha sido la gestión de proyectos en los cuales se utilice alguna técnica nuclear. Darme cuenta de que podía aplicar las distintas herramientas de las Ciencias Sociales en la puesta en práctica de un proyecto nuclear, haciendo aportes valiosos en la interacción con personas de disciplinas muy diversas, fue motivante y realmente se me presentó como un espacio de crecimiento ideal, en el cual podía abordar ambas inquietudes profesionales. Sin embargo, desarrollarme en este ámbito también me ha planteado y me sigue presentando desafíos teniendo en cuenta todos los estereotipos que siguen funcionando; algunos particulares del sector, otros comunes a todos los campos. No sólo por mi condición de mujer, sino también por ser joven; empecé a trabajar en el sector a los 19 años. Y a eso sumarle mi formación en las mal definidas ‘ciencias blandas’ que es un estigma que sigue existiendo, en especial en el sector nuclear. Así, ha sido necesario romper con 3 estereotipos fuertemente arraigados, por ser mujer, joven y politóloga y, por ende, implicó e implica un mayor esfuerzo. Por eso también uno de los principales objetivos desde la organización WiN es promover el trabajo interdisciplinario. Para que un proyecto y un equipo funcionen es indispensable la diversidad de opiniones y perspectivas. Hay proyectos que pueden ser brillantes desde lo técnico/científico pero si eso no se puede transmitir a lxs tomadores de decisiones seguramente no vaya a funcionar. La diferencia del trabajo interdisciplinario está básicamente en que un proyecto se desarrolle o no.
C: Los beneficios de la energía nuclear la posicionan entre las más eficientes actualmente, ya que no produce gases de efecto invernadero durante su producción. Sin embargo existe un alto nivel de riesgo por los residuos que genera y también por los accidentes nucleares.¿Qué alternativas se pueden encontrar para la utilización de dicha energía de manera segura y ecológica?
M: En esta cuestión me gustaría traer a colación a Michael Shellenberger, un ambientalista estadounidense con quien colaboramos fuertemente, especialmente desde WiN Argentina. Él solía tener una posición antinuclear, pero cambió su visión hace ya varios años y actualmente explica por qué promueve este tipo de energía, haciendo justamente énfasis en su rol clave para contribuir a la descarbonización del medio ambiente. La descarbonización apunta a las acciones que permiten eliminar el consumo de combustibles fósiles que poseen carbono en su estructura molecular, y cuya combustión libera energía, contaminantes –que afectan la salud de las personas y los ecosistemas– y gases de efecto invernadero. El más abundante de los gases de efecto invernadero originados por las actividades humanas es el dióxido de carbono (CO2), que causa calentamiento cerca de la superficie terrestre con consecuencias sobre el clima a escala global.
Shellenberger ayuda a entender la cuestión desde una perspectiva más amplia, puesto que en cualquier sector siempre existe una disputa de intereses. Y justamente, la energía nuclear entra en una disputa con sectores muy poderosos a nivel internacional como son el sector del gas y del petróleo. Entonces, sobre todo para entender esta puja, hay que reconocer la existencia de un fuerte lobby antinuclear. A partir de las décadas ‘60-‘70, mediante distintos mecanismos, incluso a través del cine, se comenzó a vincular lo nuclear con los desastres. No podemos desconocer los accidentes pero, como en cualquier industria existen riesgos, sólo que en algunas de ellas se suelen pasan por alto. Como cientistas sociales estamos acostumbradxs a ver el rol que juegan los medios de comunicación y, en este caso, sus relaciones estrechas con numerosas industrias del gas y petróleo. Esto hace que los medios muchas veces terminen respaldando y apoyando a estas industrias. Son empresas que bogan por la promoción de la energía solar o eólica para justificar que se continúe utilizando como generación de base- es decir, aquélla que siempre está disponible- a la que quema gas y petróleo. Como hay períodos donde no se puede producir electricidad a partir de energías renovables, estas empresas se escudan en la necesidad de continuar haciendo uso de combustibles fósiles en períodos de vacancia de energías renovables.
C: Otro punto siempre recurrente el de la seguridad, la radioactividad y los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki...
M: Es de lo que más se habla. El vínculo de lo nuclear con la bomba no podemos dejar de reconocerlo. Es verdad que la energía nuclear se hizo mundialmente famosa con los bombardeos pero justamente este hecho hizo que la industria de generación eléctrica de origen nuclear- que surge luego del lanzamiento de las bombas en Japón- naciera con estrictas regulaciones. Esta industria ha desarrollado desde sus inicios una disciplina específica para abordar esta cuestión, que es precisamente la seguridad nuclear. Toda actividad nuclear está regulada de forma muy estricta, realmente como muy pocas en el mundo; sólo la industria aerocomercial y la nuclear tienen entes reguladores técnicos establecidos a nivel internacional. La seguridad nuclear lo que busca es analizar desde la etapa del diseño de una central nuclear que se cumplan con todas las condiciones que se imponen desde la regulación. Ahí hay dos conceptos importantes desde lo técnico: ‘defensa de profundidad’, que básicamente busca que haya barreras múltiples, tanto físicas como funcionales, para reducir al mínimo la probabilidad de fallas. El segundo, que se conoce por ‘ALARA’ (As Low As Reasonably Achievable), cuya traducción es ‘tan bajo como sea razonablemente posible’. Es un principio que se utiliza para todos los requerimientos. Tanto para el diseño de una central como para su funcionamiento o cuando se define dónde se va a ubicar. La meta es que se emitan siempre niveles de radiación tan bajos como sea razonablemente posible.
Respecto a la exposición a material radiactivo, hay poca concientización respecto a que, en realidad, el material radioactivo que está presente cerca de una central nuclear es mucho menor a la presencia de material radioactivo que ya existe de por sí en la Tierra. La radiación existe de manera natural, en la comida, al volar en un avión, hasta nuestros propios cuerpos emiten radiación. Lo que hacemos desde WiN Argentina es brindar herramientas que ayuden a dimensionar esta cuestión, por ejemplo, comparando las dosis de radiación que existen cerca de una central nuclear contra dosis cotidianas a las que nos vemos expuestxs. En operación normal, el impacto de la radiación en el público es como máximo de 250 µSv (microsievert). Esto es 10 veces menor que la dosis anual natural de radiación que recibimos las personas. Es más de 10 veces menor de la que se recibe con una mamografía y 20 veces menor que una tomografía computada. Son datos para poner en perspectiva y desmitificar los preconceptos sobre la energía nuclear, que muchas veces se creen porque ya hay una predisposición a desconfiar en lo nuclear y aceptar ciegamente a las industrias convencionales.
C: Las nuevas alternativas como la energía eólica y solar son consideradas las más nobles. ¿Es posible pensar un abastecimiento mixto entonces?
M: Personalmente pienso que es crucial poner en perspectiva qué tipo de desarrollo queremos, en un mundo que nos plantea cada vez más desafíos en términos de producción de energía. Los molinos producen energía cuando hay viento, o sea que siempre dependen de esa condición. Y si cuando se produce la energía no hay demanda, hoy en día no hay forma de almacenarla para más tarde, y lo mismo pasa con la energía solar. Esto no ocurre con la energía nuclear, que es realmente una fuente de producción de electricidad 24/7. Por supuesto que esto no quiere decir que las energías eólica o solar sean innecesarias. Desde el punto de vista estratégico es beneficioso diversificar la matriz energética, es fundamental no descansar sólo en una fuente de generación eléctrica. Y lo real es que la evidencia muestra que los países que han logrado descarbonizar más rápido son los que tienen dentro de su matriz más porcentaje de energía nuclear (Suecia, Francia, Corea del Sur). También hay que tener en claro que cualquier industria genera residuos. Por ejemplo, nunca se habla de los residuos tóxicos de los paneles solares, o la cantidad de extensión de tierra que se necesitan para ubicar los molinos de viento. Además, poner un molino en cualquier ecosistema sin tener en cuenta sus condiciones preexistentes afecta su biodiversidad; de hecho, ya existen especies en peligro de extinción, como es el caso de algunas aves. Si bien la pregunta de a dónde van esos residuos es válida, no se le hace esa misma pregunta al resto de las energías; el foco de presión siempre está puesto sobre la energía nuclear, y no se le exige en base a los mismos términos al resto de las industrias.
C: Entonces, ¿cuáles son sus instrumentos para desmitificar la energía nuclear?
M: La alianza entre las industrias de combustibles fósiles es muy fuerte y ese es uno de los motivos por los cuales es tan difícil para la industria nuclear romper con esa percepción. La siempre vigente frase de Maria Skłodowska -más conocida como Marie Curie- me parece más que oportuna en estos tiempos y, en particular, también para avanzar en la desmitificación: “Ahora es el momento de comprender más para temer menos”. Haciendo una autocrítica, sí es verdad que hay muchas deficiencias en lo que es la comunicación en todo lo que se refiere a divulgación de la energía nuclear. Desde WiN buscamos promover el trabajo en esta temática, en colaboración con otras organizaciones, brindando herramientas y concientizando a periodistas, referentes políticxs, líderes y autoridades del sector nuclear. De por sí la difusión científica es muy compleja. Es necesario saber cómo transmitir ciertos conceptos para romper con la brecha del mundo científico y la sociedad ya que es esencial contar con la aceptación social; los proyectos no llegan a buen puerto de lo contrario. Si no tenés lo que se suele llamar ‘licencia social’, aceptación de la comunidad, los proyectos se retrasan sin importar la solidez técnica que tengan. Por eso es indispensable alentar la interdisciplinariedad para reforzar la comunicación, una pata fundamental para abordar cualquier proyecto científico-tecnológico. Hace falta desarrollar una estrategia de comunicación eficaz y abierta que llegue a toda la sociedad porque en definitiva todo desarrollo científico-tecnológico es para eso, para transformar el día a día de lxs ciudadanxs; responder a sus necesidades. Desde mi punto de vista eso es lo interesante y motivador; poder contribuir y generar un impacto tangible en la sociedad
C: En relación a la batalla por romper con los estereotipos asociados a la energía nuclear, como por ejemplo que sólo se usa para destrucción masiva, ¿qué otros ámbitos hay de aplicación de la tecnología nuclear con fines pacíficos, además de la producción de energía?
M: Hay múltiples usos para diversas áreas. En cuanto al área de medio ambiente, la hidrología isotópica es una técnica nuclear que permite comprender los componentes del ciclo del agua, lo que ayuda a evaluar mejor la cantidad, la calidad y la sostenibilidad del agua. También en la agricultura se mejora la calidad de los alimentos a través de la radiación. Se reducen las pérdidas y se aumentan los períodos de conservación para poder consumir y también exportar, ya que al estar irradiados los alimentos mantienen sus cualidades por más tiempo. Acá tenemos una planta de irradiación semi-industrial en el Centro Atómico Ezeiza. Se aplica también en los suelos, en cultivos, específicamente para mejorar la calidad de las semillas y detectar contaminantes en tierra y agua. Por otra parte, también en la esterilización de insumos médicos/quirúrgicos.
A su vez, aporta en las respuestas que se pueden dar frente a una catástrofe natural. En el terremoto de Ecuador en 2016 se trabajó en las construcciones civiles para detectar el estado de las edificaciones afectadas por el mismo. Estas tecnologías sirven para saber si una estructura puede ser utilizada en forma segura, si deben realizarse ensayos específicos para comprobar su estado o si debe ser demolida. En la misma línea se hacen radiografías de las estructuras metálicas (algo que se realiza también en las propias centrales nucleares para controlar la calidad de los componentes de las mismas).
Al mismo tiempo, en nuestro país el sector nuclear ha contribuido con los cimientos del campo aeroespacial, pues tanto INVAP como la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) se constituyeron sobre la base de personal formado en CNEA. Inclusive los paneles solares y la antena radar de apertura sintética que utilizan los satélites argentinos de observación fueron desarrollados por nuestra Comisión. Hoy en día también los paneles solares que utilizan los satélites argentinos son producidos por la CNEA.
En Medicina el desarrollo también es muy avanzado, existen numerosos centros de medicina nuclear en el país para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. También se utiliza la irradiación para el control de plagas. La técnica del ‘insecto estéril’ se ha utilizado en nuestro país para combatir la mosca de la fruta, llegando al punto de que en la actualidad hay regiones de Argentina que son libres de este tipo de insecto gracias a esta técnica, y ahora se están haciendo pruebas piloto para controlar al mosquito aedes aegypti que produce la enfermedad del dengue y el zika.
Otra aplicación desconocida es en el arte, una de las tantas técnicas consiste en irradiar las obras artísticas que se humedecen y gracias a este proceso se quita la humedad y se conserva el patrimonio cultural. Incluso se usa la irradiación para determinar la antigüedad de las piezas de arte y también su autenticidad. Estas tecnologías contribuyen con el área de arqueología del arte. Son todos ensayos no destructivos - no se destruye el elemento bajo estudio sino que se conserva, usando técnicas que no alteran ni el estado físico o constitución química-. De hecho la CNEA oportunamente comprobó que un sable recuperado por el Ejército Argentino era efectivamente del Gral. José de San Martín.
C: Retomando tu trabajo en WiN ¿Dentro de la organización a nivel nacional en qué se enfocan?
M: En la perspectiva nacional, nuestros esfuerzos se concentran en dos líneas de trabajo concretas: tanto la equidad de género, como el debate en torno al rol de la energía nuclear en el marco de la crisis climática. En el primer campo, actualmente lideramos el proyecto de creación de una red regional de mujeres en América Latina y el Caribe - WiN ARCAL-, contando con el apoyo del Acuerdo Intergubernamental ARCAL. En cuanto a la temática sobre el cambio climático, creemos que se trata de un eje central de la agenda actual que no está siendo promovido por ninguna otra asociación del sector a nivel local. Nuestra intención es entonces abrir espacios de diálogo y reflexión que sirvan para que toda la comunidad plantee sus inquietudes y necesidades sobre esta cuestión, teniendo en cuenta que afecta especialmente al colectivo de mujeres y disidencias y, por lo tanto, es crucial que sea abordado desde una perspectiva de género.
C: Tienen muchos frentes abiertos, muchas cuestiones a tener en cuenta
M: Sí, la verdad que sí. Al ser voluntaria la participación, todas nosotras, además del rol que desempeñamos dentro del equipo de WiN Argentina, para poder vivir tenemos nuestros trabajos, cada una en una o varias instituciones, sumado a las tareas no remuneradas que muchas se ven obligadas a desarrollar. Es un desafío pero estamos convencidas de lo que hacemos y tratamos de sumar a distintos espacios, incluyendo aquéllos en los que desarrollamos nuestras actividades, ya que nos brindan más herramientas, más diversidad de perspectivas; nos acerca a otras personalidades con las cuales podemos trabajar y de quienes es fundamental contar con su apoyo y respaldo. A nivel internacional, justo este año hubo elecciones de WiN Global, la actual presidenta cumple con su mandato y en octubre van a cambiar las autoridades. Me convocaron a formar parte de una de las fórmulas, junto con la candidata a presidenta Dominique Mouillot, quien tiene una amplia trayectoria dentro de la organización. Tuvimos el apoyo de la mayoría de los capítulos de WiN así que me tocará contribuir desde otro lugar, ejerciendo el rol de vicepresidenta.
C: ¡Felicidades! Bueno, siendo parte del grupo de mujeres que pudo abrirse paso dentro de un ámbito históricamente reservado para varones, ¿Qué políticas públicas crees que deberían implementarse para la mayor inclusión de mujeres y disidencias en el ámbito energético? ¿Qué consejo les darías a lxs jóvenes que quieren seguir los pasos en este campo científico pero no se sienten segurxs por los prejuicios de género?
M: La formación en liderazgo me parece una cuestión trascendental, que tanto mujeres como distintas personas que tienen responsabilidades dentro del sector científico- tecnológico se formen desde un enfoque de género y puedan dar el ejemplo es crucial. Es muy difícil a veces que nosotras mismas nos reconozcamos dentro de ese rol de liderazgo aún cuando lo estamos ejerciendo. Muchas veces mujeres que pudieron acceder a esos espacios de alto rango ven ese poder como algo negativo, casi autoritario, y quieren desligarse por completo. Y verdaderamente es algo tan arraigado que no lo pueden identificarlos como patrones que siguen reproduciendo la dinámica patriarcal; creo que es una herramienta fundamental sabernos capaces y seguras para ocupar ciertos lugares de toma de decisiones. El camino es largo y hay conquistas prioritarias, pero considero que también hay que poner sobre la mesa la cuestión del poder real, que a ciertas mujeres se les asigna un cargo jerárquico alto pero sin embargo en la práctica no tienen herramientas para realmente ejercerlo. Me parece muy importante construir desde el ejemplo, que las mismas mujeres que ya hemos tenido y tenemos la posibilidad de desarrollarnos dentro del sector podamos funcionar como modelos para las futuras generaciones y promovamos solidaridad y sororidad dentro de nuestros espacios para no seguir educando desde la competencia sino desde una misma identidad. Reconocernos como mujeres que sufrimos los mismos obstáculos en general dentro de la sociedad y, en particular, dentro del sector de la ciencia y tecnología. Esto también debe ir de la mano de políticas públicas para ofrecer oportunidades concretas de formación y crecimiento para las niñas y jóvenes, que vean que un desarrollo profesional es posible. A través de incentivos, becas, distintas modalidades que faciliten su involucramiento y las motive a formarse en esta área. Y que sea acompañado de toda una concientización colectiva; la sociedad en su conjunto tiene que sumarse a este proceso. Sobre todo porque los proyectos dentro del ámbito científico-tecnológico se diseñan y se piensan dentro de un entorno muy masculinizado; ya son formulados desde una perspectiva que no incluye a las mujeres. Por eso es fundamental tener nuestro espacio en esos ámbitos y que las políticas públicas sean un reflejo de nuestras propias voces.